Lo que aseguran los colegios de clase alta en Lima no es formación académica sino la consagración de una elite pequeña, exclusiva y excluyente, afirman la autora y los autores. La columna ofrece un retrato de la educación de elite que rima mucho con lo que pasa en Chile.
En la última década, académicos de diferentes disciplinas de las ciencias sociales han vuelto a interesarse por los sectores más privilegiados y dominantes de la sociedad. Esta atención responde al llamado de atención de economistas como Anthony Atkinson, Thomas Piketty y Branko Milanovic sobre los crecientes niveles de desigualdad económica alrededor del mundo. En tiempos donde la concentración del capital se aproxima a sus niveles históricos más elevados (Oxfam, 2022, 2015), una de las preguntas clave de esta discusión es cómo los sectores más privilegiados se reproducen como clase. En otras palabras, cómo los hogares de las clases dominantes garantizan el posicionamiento de sus herederos en los espacios más destacados de la sociedad.
Es precisamente esta interrogante la que motivó la investigación que recientemente hemos publicado en el libro De qué colegio eres (Reátegui, Grompone, Rentería, 2022). Hasta ahora, las investigaciones sobre la clase alta en Perú son bastante escasas. Más allá de los trabajos de Durand (2011, 2017), de Vásquez (2005) y de Malpica (1989) sobre los grupos de poder económico y de Kogan (2009) sobre las relaciones de género en la clase alta, el último debate sobre sectores dominantes se realizó hace décadas (Borricaud et al. 1969; Valderrama y Ludman, 1979). Nuestro libro examina la manera en que la educación sirve como mecanismo de reproducción social de las clases altas y, con ello, la forma en que se garantiza la producción de cuadros para las élites en el Perú.
“De manera similar a lo que ocurre en otros países de la región latinoamericana, la etapa escolar constituye un momento decisivo para la reproducción de las clases altas en Lima, Perú”
Inspirados en los planteamientos del sociólogo francés Pierre Bourdieu, proponemos que, si bien el ascenso hacia las posiciones más encumbradas de la sociedad ya no se realiza directamente a través de una especie de nobleza hereditaria, sus trayectorias están lejos de poder ser explicadas únicamente a través del esfuerzo y el talento. Más bien, parte de las estrategias de reproducción social que emplean las familias de clase alta se dirigen a la adquisición y acumulación de títulos educativos que, más allá de las funciones académicas, tienen como objetivo la incorporación de sus hijos dentro de un universo altamente exclusivo y excluyente.
Desde muy temprano en la investigación, las entrevistas realizadas evidenciaron que el colegio era un marcador de clase compartido entre las clases altas de Lima. Los colegios aludidos son un muy reducido grupo de instituciones privadas ubicadas en las áreas más exclusivas de la ciudad y con costos prohibitivos para la mayoría de la población peruana. Estos costos incluyen una cuota de postulación, cuotas de ingreso que pueden alcanzar los 15,000 USD y, una matrícula y mensualidad que promedian los 1000 USD en un país donde el salario mínimo legal no llega a los 300 USD. Seleccionamos para nuestra investigación cuatro de estos colegios de élite, divididos en dos categorías: (i) aquellos laicos y de orientación internacional, y (ii) colegios católicos. Estos últimos, aunque son de menor costo que los primeros, poseen una larga tradición asociada a los sectores dominantes de la sociedad. Así, a través de una metodología de corte cualitativo, entrevistamos a 27 egresados y egresadas de estos establecimientos, considerando tres cohortes de edad[1].
En la investigación argumentamos que, de manera similar a lo que ocurre en otros países de la región latinoamericana, la etapa escolar constituye un momento decisivo para la reproducción de las clases altas. Estos colegios ciertamente poseen una serie de características que los ubican entre las instituciones educativas más destacadas del país. Por ejemplo, el nivel de la enseñanza de idioma extranjero, la incorporación del bachillerato internacional o contar con una infraestructura adecuada son algunos de los elementos que les permiten diferenciarse de la mayoría de las demás instituciones en el país. No es extraño que cuando los entrevistados aluden a sus colegios, suelen referirse a estos factores como una justificación de su prestigio.
“Una de las cuestiones que más llamó nuestra atención fue la constante apelación al mérito para legitimar trayectorias exitosas”
Sin embargo, los méritos académicos que son resaltados como mecanismos de legitimación resultan ser solo una parte de la historia. Los colegios de élite en el Perú cuentan con mecanismos de admisión que difícilmente pueden interpretarse como filtros meritocráticos. Sumado al factor económico ya mencionado existen otras barreras relacionadas con el capital social y cultural. Factores como el haber tenido un familiar en el colegio y tener entrevistas con los padres y madres de familia, resultan especialmente importantes para acceder a una vacante. Pese a estos requisitos prohibitivos para la enorme mayoría de la población peruana, nuestros entrevistados y entrevistadas evidenciaron mucha naturalidad al recordar esta etapa. En general, la gran mayoría ya contaba con redes de contactos y las disposiciones culturales necesarias para el ingreso. Como ha sido analizado para otros contextos, la familia produce aquello que es esperado por la institución de élite, mientras que esta última consagra a los “herederos”, esto es, únicamente a aquellos que ya previamente reúnen todas las disposiciones apropiadas.
¿CÓMO SE CONSOLIDA LA ELITE EN LA ETAPA ESCOLAR? DOS ESTRATEGIAS
Más que un entorno de formación académica, el colegio resulta un momento fundamental en la consolidación de una élite pequeña y excluyente. Estas instituciones toman el relevo de las familias en el refuerzo de la formación moral de las nuevas generaciones, pero también en el ejercicio de disposiciones como el sentido de autoridad (entitlement) y la competitividad. Las familias, a su vez, refuerzan estos valores y comportamientos al facilitar a los y las jóvenes la posibilidad de interactuar, desde muy temprana edad, con personas que ocupan posiciones de poder en diferentes campos profesionales. Así, los establecimientos estudiados garantizan la transmisión de una familiaridad con el poder en dos sentidos. En primer lugar, proveen una aproximación privilegiada con respecto a la práctica y experiencias que conllevan los cargos más destacados, algo que resulta absolutamente ajeno a los sectores populares y solo relativamente próximo a los sectores medios. Este conocimiento de primera mano resulta crucial en la elección de una carrera, pues, como señalara Bourdieu (2011, p. 92), permite “adoptar estrategias racionales sin tener que pensarlas en cuanto tales bajo la forma de un plan explícito de vida o una reconversión calculada o cínica”.
“Mostramos que haber egresado de colegios de elite genera automáticamente ventajas al momento de acceder a espacios laborales destacados”
A su vez, el contacto con los circuitos de sociabilidad que brinda el colegio y la familia extendida entregan un conocimiento sobre las formas de presentarse y comportarse, maneras de vestir y de moverse, pero también posibilita la adquisición de competencias lingüísticas legítimas, así como aquellas inflexiones en el habla características de las clases dominantes. Les permite reconocer aquello que vale la pena conocer y las formas de producción de temas apropiados de conversación según demanden los contextos. Estos aprendizajes configuran una serie de conocimientos y competencias pre reflexivas – es decir, solo parcialmente conscientes –, que les permitirán ir con fluidez cuando se topen con pares de clase en el futuro profesional.
Argumentamos, entonces, que las fases posteriores de la trayectoria educativa y laboral adquieren significancia como posibilidad de acceso a la élite, casi exclusivamente para aquellos que ya fueron consagrados desde muy temprano en la etapa escolar. No sorprende, por tanto, que la universidad y la inserción laboral aparezcan, en contraste con lo que ocurre en otros contextos, como momentos de menor significancia, tanto en el ámbito académico como en el social. A diferencia del clásico caso de las grandes écoles francesas, el signo distintivo de élite ya ha sido adquirido por los “herederos” durante la etapa escolar y, más bien, la universidad es un momento en el que se encuentran con un mundo menos cerrado y más heterogéneo que el experimentado previamente. Sin ser una etapa especialmente desafiante, constituye un requisito de validación para legitimar su reproducción como élite.
De hecho, el acceso al trabajo es un momento donde se cristaliza todo lo incorporado en la etapa escolar. Mostramos que haber egresado de estas instituciones genera automáticamente ventajas al momento de acceder a espacios laborales destacados. En parte, ello se explica por la sobrerrepresentación de egresados de estas instituciones en posiciones gerenciales o en instancias de alta dirección empresarial en el Perú. Si bien en este país, a diferencia de Chile, no se cuenta con estudios que rastreen el origen social de los miembros de la élite[2], nuestra investigación incluyó un mapeo exploratorio de los colegios de procedencia de un listado de actores de la élite económico-empresarial del país. Encontramos que casi dos terceras partes de estos actores provenían de un conjunto de diez colegios de élite de la capital, lo que, aunque preliminar, nos da indicios sobre dicha sobrerrepresentación.
REENCUENTROS EN EL PARAÍSO
En este punto, no sólo resultan importantes los contactos y la gran cantidad de oportunidades que encuentran los entrevistados y entrevistadas al momento de empezar a trabajar sino, también, los elementos asociados a la socialización imprimen una estrechez y solidaridad de grupo bastante sólida. Varios de nuestros participantes nos señalaron que, al momento de presentarse a un empleo, el tema del colegio había aparecido espontáneamente y ello había sido un elemento clave para transitar con éxito la postulación. No sorprende, entonces, que ciertos espacios laborales acaban siendo un lugar de encuentro, una reproducción – aunque bastante más mitigada – del “paraíso social” que han habitado estos individuos durante su trayectoria educativa. Los que acceden a estos espacios se sienten identificados entre sí y parte de una misma manera de concebir y habitar el mundo que les facilita el desenvolverse en conjunto también en el ámbito profesional.
Una de las cuestiones que más llamó nuestra atención fue la constante apelación al mérito para legitimar trayectorias exitosas. Al mismo tiempo que los propios entrevistados explicitaban el conjunto de ventajas, facilidades y privilegios que habían tenido, emergía enfáticamente una fuerte narrativa en torno al propio esfuerzo para alcanzar posiciones favorables tras la trayectoria educativa y laboral. Mientras un entrevistado nos señalaba que más allá del colegio “siempre depende de uno”, otro nos decía que se trata de “saber moverte” y la mayoría mencionaba atributos como la constancia, la disciplina, la capacidad, la persistencia o el esfuerzo.
En suma, a la pregunta sobre qué factores o atributos consideraban que habían sido claves para llegar a las posiciones que ocupan, los testimonios no reconocían más que el mérito personal. Estas narrativas evidencian una notable tensión entre los méritos propios y las ventajas y privilegios asociados a su origen social. Tal como lo señala Gessaghi (2012, 2016) para el caso argentino, existe una fuerte retórica del “hacerse a sí mismo”, de las distinciones y méritos académicos adquiridos y del esfuerzo desplegado a lo largo de su vida educativa y laboral. Ello, sin embargo, se encuentra imbricado con la movilización de soportes y redes sociales asociadas a un origen social privilegiado que rara vez se reconoce como tal.

Esta investigación no busca plantear que quienes provienen de la clase alta en el Perú no deben demostrar méritos para transitar con éxito las diferentes fases de su desarrollo profesional. Varias de las entrevistas evidencian una trayectoria educativa y laboral destacada. No obstante, estas trayectorias también se encuentran marcadas por privilegios que suelen subestimarse en narrativas que no reconocen más que el peso del esfuerzo y aptitudes personales para justificar el lugar que ocupan en la sociedad. Ocurre que la narrativa del mérito oscurece los soportes y habilitadores que emergen en momentos críticos de sus trayectorias; los cuales ayudarían a explicar la permanencia, reproducción y circularidad de privilegios a través de generaciones.
Lo que buscamos con este estudio es visibilizar aquellos factores que, de modo sutil, funcionan como garantías de la concentración del poder en un grupo reducido de familias. En medio de una discusión pública monopolizada por discursos donde el mérito aparece como la única variable para alcanzar el éxito, este estudio muestra que uno de los principales predictores del éxito en las posiciones más prestigiosas en el Perú es la cuna. Es decir, si bien las etapas de la trayectoria educativa deben ciertamente cumplirse adecuadamente, existen individuos para quienes el camino hacia el éxito no es sorpresivo, sino esperable.
NOTAS Y REFERENCIAS
[1] Debido a que se buscó conocer las trayectorias educativas, se optó por entrevistar a tres cohortes: “egresados”, “en ascenso” y “encumbrados”. El primer grupo (7 entrevistas) incluye desde los recién ingresados a la universidad hasta aquellos que habían culminado hace no más de un año. El segundo grupo, “en ascenso” (10 entrevistas) incluye a aquellos que habían terminado la universidad y habían pasado por la experiencia de búsqueda y obtención del primer empleo. Por último, la categoría de los “encumbrados” (10 entrevistas) reúne a aquellos entrevistados con una amplia trayectoria profesional que en la actualidad ocupan una posición destacada en sus respectivos campos. De las 27 entrevistas, 15 fueron a hombres y 12 a mujeres.
[2] Aquí nos referimos fundamentalmente a los estudios de Seth D. Zimmerman sobre el caso chileno (ver por ejemplo “Elite Colleges and Upward Mobility to Top Jobs and Top Income” en https://www.aeaweb.org/articles?id=10.1257/aer.20171019)
REFERENCIAS
Borricaud, F., Bravo Bresani, J. Favre, H. y J. Piel (1969) La oligarquía en el Perú. 3 ensayos y una polémica, Lima: Instituto de Estudios Peruanos.
Bourdieu, P. (2011). Las estrategias de la reproducción social. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.
Durand, F. (2011). “Las nuevas élites del poder: sueños económicos y pesadillas políticas”. En Luis Pasara (ed.), Perú en el siglo XXI. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú.
Durand, F. (2017). Los doce apóstoles de la economía peruana. Una mirada social a los grupos de poder limeños y provincianos. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú.
Gessaghi, V. (2012). “El trabajo de formación de “la clase alta” argentina. Un abordaje desde la antropología social”. Intersecciones en Antropología, 13, pp. 393-408.
Kogan, L. (2009). Regias y conservadores. Mujeres y hombres de clase alta en la Lima de los noventa. Lima: Fondo Editorial del Congreso de la República
Malpica, C. (1989). El poder económico en el Perú. Tomo I: Los bancos nacionales y sus familias. Lima: Mosca azul editores.
Oxfam (2022). Las desigualdades que matan. Disponible en: https://oxfamilibrary.openrepository.com/bitstream/handle/10546/621341/bp-inequality-kills-170122-es.pdf
Oxfam (2015). Privilegios que niegan derechos. Desigualdad extrema y secuestro de la democracia en América Latina y el Caribe. Disponible: https://www-cdn.oxfam.org/s3fs-public/file_attachments/reporte_iguales-oxfambr.pdf
Reátegui, L., Grompone, A., y Rentería, M. (2022) ¿De qué colegio eres? La reproducción de la clase alta en el Perú. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.
Valderrama, M. y P. Ludman (1979). La oligarquía terrateniente: ayer y hoy, Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú.
Vásquez, E. (2005) Estrategias del poder. Grupos económicos en el Perú. Lima: Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico