Cuando se bajan los impuestos a los más ricos la sociedad no gana nada. Así lo muestran investigadores ingleses que revisaron 50 años de rebajas tributarias en países de la OCDE. ¿Por qué una política que no rinde se instala una y otra vez en la agenda de los países?
El miedo a la violencia estatal está desigualmente repartido en Chile, sostiene el autor. Cuando eso ocurre hay pocos incentivos para llegar a acuerdos redistributivos y “se generan condiciones para que aquellos con menos poder sufran violencia”.
La propuesta de Republicanos de terminar con las contribuciones es una medida que favorece “a un electorado que goza de riqueza inmobiliaria”, sugiere el autor. Aquí argumenta en favor de un impuesto sobre el suelo, tributo validado por gran cantidad de economistas y que no tiene efectos sobre la producción ya que los terrenos bajo las edificaciones son activos no producidos al igual que cualquier otro recurso natural, plantea.
Los medios asocian comercio ambulante con migración y delincuencia. Si dejaran de generalizar y buscaran mejor, también encontrarían en las veredas a personas que dejaron su trabajo formal por los bajos sueldos y horarios extenuantes, a adultos mayores que deben complementar sus bajas pensiones e inmigrantes que tienen problemas para regularizar su situación. Sin negar la existencia de delitos e incivilidades, la columna muestra que una serie de exclusiones estructurales empujan a la calle tanto a migrantes como a nacionales.
La destacada periodista María Angélica De Luigi -fallecida en 2019- reflexiona sobre el daño que le produjo a Chile El Mercurio, diario que impulsó el Golpe, que sostuvo la dictadura y que sigue influyendo en la política chilena, sin haber pedido nunca perdón. Escrito en 2008 el texto lanza una pregunta vigente: “¿Dónde está el núcleo de la fuerza de El Mercurio?”. De Luigi contesta: “En los anónimos escribidores de su Página Editorial, equipo de señores embozados, implacables, que dictan pautas, aplauden, fustigan, mienten, manipulan información para que nada toque su imperio y su doctrina.”
La columna identifica bolsones de opacidad que hacen que las encuestas puedan ser usadas para instalar ideas partidistas y no para orientar a chilenos y chilenas sobre el abanico de opiniones políticas. Los medios debieran estar conscientes de que esa opacidad los hace vulnerables a ser usados políticamente.
Democracia Viva no es una novedad. Esta columna sugiere que desde el acuerdo Lagos-Longueira de 2003, los actores políticos captan recursos públicos en forma ordenada, entendiendo que los que gobiernan reciben un poco más, pero a todos les toca. Salvo excepciones, estos repartos no son robo personal, sino prácticas clientelistas incrustadas desde hace décadas y que, aunque suene raro, permiten que se materialicen las políticas públicas. La novedad es que hoy ese acuerdo de la elite política parece haberse roto.
La prensa suele informar mal sobre las encuestas. Ya sea porque los medios se equivocan o porque las encuestadoras no son claras sobre las debilidades de su trabajo, los lectores terminan creyendo, sin mucho fundamento, que la sociedad está dominada por determinadas ideas y problemas. Analizando un artículo de CNN la columna aborda cómo lo que se presenta como la opinión del 86% de los chilenos, es básicamente la opinión de 309 personas expandida a través de mecanismos que tienen mucha incertidumbre.
“Yo desconocía este tipo de virus y que era tan grave”, dijo Yessenia Sánchez, madre de la guagua de 2 meses fallecida en el hospital de Quilpué el 2 de junio. ¿Qué debe hacer el Estado para las personas estén conscientes de los riesgos y para que a través de reacciones oportunas se protejan mejor? Las preguntas remiten a lo que se conoce como “comunicación de riesgo”. Esta columna desmenuza ese concepto y examina las falencias en tuvo el gobierno durante la crisis del virus sincicial, a la luz de la evidencia internacional.
Se supone que el voto obligatorio es bueno para la democracia: al aumentar masivamente la participación, se consigue una representación más igualitaria, pues no solo votan quienes tienen más educación o poder. Pero lo que está pasando en Chile, Guatemala, y otros países de América Latina es que crecientemente las personas protestan votando nulo o blanco, lo que amenaza la legitimidad de los mandatos electorales, plantea esta columna.
La elite chilena tiende a votar con la derecha. La última elección de consejeros convencionales parece mostrar un quiebre de esa tendencia con la inclinación de algunas comunas medio-altas (como Ñuñoa y Providencia) hacia la izquierda. A la par, se observa un giro hacia la derecha de por parte de La Pintana y Cerro Navia. Este texto presenta datos reveladores, sugiere una hipótesis explicativa, pero sobre todo plantea interesantes preguntas.