“A veces uno sabe de qué lado estar, simplemente viendo quiénes están del otro lado”. La frase se atribuye al cantante y escritor Leonard Cohen y sirve para describir un/una votante que será central en el balotaje presidencial y que decide a partir del rechazo que le provoca el otro candidato. Esta columna, basada en los resultados de una encuesta nacional hecha por la Fundación Friedrich Ebert y Datavoz, examina el nivel de rechazo y adhesión que generan Kast y Boric en los que se quedaron sin su primera opción.
En los últimos días hemos visto la proliferación de análisis que buscan interpretar los resultados de la primera vuelta presidencial que se llevó a cabo el domingo 21 de noviembre. De hecho, en este mismo medio se han publicado una serie de columnas que muestran el perfil de quienes votaron por las distintas opciones presentes en la papeleta. En esta columna queremos complementar esos análisis con un aspecto sobre el que prácticamente no se ha puesto atención hasta ahora: los niveles de rechazo que existen hacia los candidatos presidenciales. En otras palabras, la gran mayoría de los análisis se centran en estudiar quienes son los votantes que apoyaron las diferentes ofertas presidenciales, pero no se indaga en los grados tanto de adhesión como rechazo que generan los distintos candidatos. ¿Por qué resulta relevante abordar esta temática? En primer lugar, un creciente número de investigaciones en ciencia política indican que el rechazo hacia actores y partidos políticos es una variable crucial para comprender el comportamiento del electorado. En segundo lugar, el nivel de rechazo que generan los candidatos es particularmente relevante en situaciones de balotaje, ya que al menos casi la mitad del electorado que asistió a votar a la primera ya no cuenta con su candidato preferido y, por lo tanto, la única opción disponible es votar por el que le genera menos rechazo o simplemente votar nulo/blanco o no ir a votar. Por último, parte del debate público reciente en Chile ha planteado la existencia de una mayor polarización y, por lo tanto, poner atención a las aprehensiones de la población hacia candidatos específicos podría contribuir a entender dicho fenómeno.
Parisi genera un alto grado de rechazo. La columna se pregunta si al ir tras sus votantes mediante conversaciones o acercamientos con el otrora candidato, Kast y Boric no se están arriesgando a contagiarse con el rechazo que éste tenía .
Con el fin de analizar este tema, a continuación, presentamos evidencia empírica obtenida mediante una encuesta probabilística, cara a cara, representativa de la población adulta urbana a nivel nacional realizada por la Fundación Friedrich Ebert y la empresa Datavoz. El trabajo de campo se realizó entre el 11 de octubre y el 20 de noviembre, previo a la elección presidencial de primera vuelta. En dicha encuesta, incluimos una pregunta que busca medir la propensión a votar (propensity to vote) por los diferentes candidatos que compitieron en la primera vuelta de la elección presidencial. Si bien es cierto que este tipo de preguntas usualmente se utiliza para estudiar adhesión y rechazo hacia distintos partidos políticos en sistemas parlamentarios, nosotros adaptamos esta pregunta al sistema presidencial chileno. En términos más concretos, a los encuestados les pedimos que nos digan qué tan probable es que vote por cada uno de los siete candidatos presidenciales, usando una escala en donde 1 significa que “definitivamente no votaría por el/la candidata/a” y 5 significa que definitivamente sí votaría por el/la candidato/a”.
Los resultados de esta pregunta se pueden observar en el gráfico 1. Es importante fijarse en dos asuntos. Por un lado, la comparación de los niveles de adhesión y rechazo que recibe cada candidato/a, es decir, cotejar quienes son los candidatos con menos o más detractores (personas que indicaron que definitivamente no votaría por el/la candidata/a) y menos o más adherentes (personas que respondieron que definitivamente sí votaría por el/la candidata/a). Por otro lado, es importante observar cuán equitativamente distribuida se encuentra la opinión hacia cada uno de los candidatos, es decir, determinar cuán polarizada es la impresión que se tiene sobre cada uno de ellos (mientras más igualitaria es la distribución en cada una de las cinco categorías, menor es la polarización que genera el/la candidato/a y viceversa).

Teniendo esto en consideración, a nuestro juicio la evidencia empírica de la figura 1 nos entrega al menos dos observaciones relevantes respecto cómo los distintos candidatos a la primera vuelta presidencial fueron vistos por el electorado. En primer lugar, es importante destacar que el candidato que tuvo menos detractores fue Gabriel Boric; y el que más tuvo fue Franco Parisi. Este no es un dato menor de cara a la segunda vuelta, ya que gran parte del debate ha estado centrado en comprender quienes son los votantes de Parisi, pero prácticamente nada se ha dicho sobre el alto grado de rechazo que parece existir hacia su figura. Queda abierta la pregunta, entonces, si al ir tras ese elector vía Franco Parisi podrían o no los candidatos estar arriesgando el rechazo de otros potenciales votantes. A su vez, Artés también recibe altos niveles de rechazo, seguido de cerca por Sichel y Kast.
En segundo lugar, nos parece llamativo que hay candidatos con pocos adherentes, pero con una cifra importante de detractores (Artés y Parisi), mientras que hay candidatos que simultáneamente atraen una fracción significativa de adherentes y de detractores (Boric y Kast). No obstante, es cierto que Kast pareciera ser una figura considerada como bastante más polarizadora que Boric, ya que obtiene mucho menos valores intermedios (opciones 2, 3 y 4). Este hallazgo se condice con investigaciones empíricas sobre Europa Occidental, en donde la derecha populista radical tiene un número importante de fieles seguidores, pero al mismo tiempo genera un altísimo número de detractores.
Con el objetivo de entregar un análisis más detallado sobre el impacto que los niveles de aprobación y rechazo hacia cada candidato tiene en el electorado, presentamos a continuación un cruce entre la pregunta respecto a qué tan probable es que vote por cada uno de los siete candidatos presidenciales y la variable clásica que pregunta por qué candidato va a votar en la primera vuelta, codificada en cinco opciones: votación por Boric, votación por Kast, votación por otro/a candidato/a, ninguno y no sabe/no responde.
Para facilitar la interpretación de estos datos, generamos dos gráficos adicionales: mientras el primero muestra el cruce entre qué tan probable es que vote por Boric y la opción marcada para la votación en primera vuelta, el segundo presenta el cruce entre qué tan probable es que vote Kast y la opción marcada para la votación en primera vuelta.

La comparación de ambos gráficos muestra nuevamente que Boric parece generar menores niveles de rechazo que Kast. En efecto, aproximadamente 42% de quienes indican votar por otro candidato dicen que definitivamente no votarían por Boric, cifra que alcanza aproximadamente un 56% para quienes dicen que definitivamente no votarían por Kast. Ahora bien, también es importante destacar que aproximadamente el 45% de los encuestados dice que no votaría por ningún candidato o que no sabe o no responde la pregunta respecto de por quien va a votar, lo cual se condice con niveles de participación, cercanos al 50% del electorado chileno.

En otras palabras, es probable pensar que la movilización del rechazo hacia cada uno de los dos candidatos que compiten en la elección del 19 de diciembre será determinante. El escenario es complicado para ambas candidaturas. Ninguna tiene garantizada el éxito en generar esa movilización que le permita cerrar anticipadamente un triunfo de caras a la elección del próximo 19 de diciembre, pero a juzgar por estos resultados, Gabriel Boric corre con cierta ventaja. No olvidemos, que los que quedaron sin candidatos siguen siendo quienes probablemente determinarán esta elección y, de acuerdo con los datos de esta encuesta, aproximadamente sólo 2 de cada 10 de ellos señaló que definitivamente votarían por Boric (11%) o por Kast (10%).
RECUADRO METODOLÓGICO
- Diseño de investigación: estudio cuantitativo y probabilístico sobre la base de encuestas cara a cara en hogares
- Población objetivo: Personas mayores de 18 años residentes en zonas urbanas del país.
- Número de Observaciones: 1.500
- Margen de error: 2,8%, considerando varianza máxima, 95% de confianza y un deff estimado de 1,2 (diseño complejo)
- Firma: Estudio financiado por Fundación Friedrich Ebert y ejecutado por empresa Datavoz.
- Tipo de muestreo: Estratificado por conglomerados, con asignación de tamaños de muestra no proporcional a nivel de macrozona (Norte, Centro, RM y Sur) y, al interior de cada macrozona, una distribución regional del tamaño de muestra proporcional a la población de cada estrato. La selección del entrevistado fue aleatoria en tres etapas: manzana, hogar, encuestado, con posibilidad de reemplazo.
- Ponderación: Considera ajustes post-encuesta por las probabilidades de selección en cada una de las etapas y por la no respuesta, buscando corregir sesgos asociados a la sub o sobre representación de ciertos grupos poblaciones por aspectos asociados a la no respuesta. Se incorpora un factor de ajuste para las variables de región, zona, sexo y tramo etario, para ajustar la estructura de la población encuestada a los parámetros poblacionales proyectados por el INE para el año 2021.
- La encuesta se aplicó entre el 11 de Octubre y el 20 de Noviembre de 2021.
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